Hoy es uno de esos días que me da mucho gusto escribir gracias la experiencia que he vivido durante dos años con un cliente, y la espera ha merecido la pena. Ha sido un trabajo ‘mano a mano’ que me ha llevado por el camino de la amargura pero que, por fin, nos llevó por el camino de la esperanza y la alegría. Sé que este post puede ayudar mucho a mucha gente.
A mi cliente le llamaremos Pepe. Pepe hace dos años se puso en contacto conmigo para que le ayudara con su problema. Hombre de constitución media, con dolores articulares muy fuertes, alternando en días, con inflamación y con inmovilidad dependiendo de la zona (había días en que no podía ni andar), cansancio, alternancia de fiebre con escalofríos… Antes de conocerme ya había pasado por la medicina alopática donde le hicieron muchas pruebas y no supieron nunca de dónde provenían estos síntomas, pero el traumatólogo que lo trataba, de todas maneras, le diagnosticó artritis recetándole su medicación correspondiente, cosa que Pepe no tomó. Después de la medicina alopática decidió probar la medicina alternativa: homeopatía con arnica; oligoterapia con plata coloidal, cobre; kinesiología con cantidad de suplementos, entre ellos, las ‘imprescindibles’ enzimas digestivas; acupuntura; electroacupuntura; medicina china; parches antidolor naturales…sin ningún resultado a largo plazo. Empezamos a trabajar el tema de la alimentación eliminando las solanáceas (patatas, tomates, berenjenas y pimientos) ya que todos los casos que he tenido con problemas articulares habían mejorado en muy poco tiempo y, además, seguimos con la plata coloidal, con sauce para las inflamaciones, con un producto que venden en Estados Unidos para eliminar materiales pesados, con el zapper (electroterapia) por si provenían de bacterias y parásitos y por supuesto, con una Nutrición MacrobiotiVa al 100%. Que yo recuerde en dos años no se la saltó ni una sola vez, para él era muy importante su curación. Iba pasando el tiempo donde había temporadas de mejoría y nos ilusionábamos hasta que de repente, me llamaba y otra vez estaba paralizado, era como un anciano, no podía ni coger el tenedor…Ha sido un hombre que por su trabajo se ha mudado varias veces durante estos dos años. Últimamente ha llevado una época que los dolores y los síntomas eran diarios, estaba desmoralizado y muchos terapeutas ya le comentaban que era una enfermedad autoinmune y que estaba somatizando sus emociones. Un hombre que realmente su vida personal es bastante buena, que se siente feliz y me decía: ‘Pero si no tengo nada de lo que quejarme… me siento muy bien con mi familia, trabajo en lo que me gusta…no entiendo por qué mi cuerpo me castiga de esta manera…’
En fin, que haciendo un poco de recordatorio de todos los lugares donde había vivido estos últimos años, me vino a la cabeza ‘AGUA’. Si, a él le encanta hacerse una taza de sopa del caldo de las verduras antes de las comidas y de las cenas y sus dolores siempre empeoraban a las horas de comer. Le pregunté con qué agua estaba cocinando a lo que me respondió que con agua del grifo. La temporada que estuvo bien vivía en una casa donde el agua era de ósmosis inversa y actualmente cocinaba con agua del grifo normal sin ningún tipo de filtro. Aquí se me encendió la ‘bombilla’ y le dije que dejara todo, la plata, el sauce, el zapper y que a partir de ahora cocinara todo con agua embotellada, todo, hasta la pasta que luego el agua hay que tirarla. Pues, si, Pepe, en una semana empezó a notar mejoría y a ganar energía de nuevo. Sus dolores corporales empezaron a desplazarse, ya no tenía por la parte alta del cuerpo, sólo por las caderas y las piernas. A los pocos días estos últimos dolores desaparecieron. Así de sencillo, increíble, pero así de sencillo, sin más.
Estoy convencida que lo que le estaba haciendo mal era el cloro, la cal y demás residuos del agua del grifo, además de todas las impurezas que nos bebemos. Pero la solución no es beber agua embotellada. Nos estamos contaminando a diario, ya simplemente al lavar nuestros dientes con agua del grifo o darnos una ducha…El agua es un tema que va a ser cada vez más difícil encontrarla de calidad. Estoy convencida de que muchas enfermedades, como la fibromialgia, y otras que han aparecido recientemente tienen su raíz en el agua del grifo, sin olvidarnos de las enfermedades de la piel.
Esto es lo que escribí en mi antiguo post ‘Agua Mal-Tratada’:
‘El agua del grifo, es agua tratada con una gran cantidad de contaminantes. El cloro es un agente oxidante muy potente que destruye la vitamina E, altera la flora intestinal y es un factor de riesgo en el cáncer (al igual que los nitratos). El exceso de flúor está relacionado con osteoesclerosis, osteoporosis, esperma defectuoso, menor producción de serotonina y en la síntesis de ADN y daños en el riñón.
Beber aguas duras, es decir, cálcicas, con los años contribuye a la formación de endurecimientos articulares, arteriales y renales. En el agua, supuestamente potable, hay más de 260 sustancias (plomo de las cañerías, asbesto, arsénico, cadmio, trihalometanos, nitratos, atrazina, plaguicidas…), más de la mitad sin regular, como las de las decenas de medicamentos que son excretados por las personas y los animales y que no son eliminadas con la tecnología actual de las depuradoras.
La mejor agua es aquella que contiene menos electrolitos disueltos, menos contaminantes, menos desinfectantes añadidos y menos microorganismos. Y no sirve de nada, sino que se agrava el problema, si hervimos el agua ya que aumenta la concentración de nitratos.Pero, ¿dónde podemos encontrar este tipo de agua? Amigos míos, ni yo misma lo sé. Cada día es más difícil y con los años el agua valdrá su peso en oro. Un gran negocio que ya está haciendo furor en los restaurantes de alto standing y tiendas gourmet vendiendo aguas embotelladas de lugares de lo más exóticos y a precios inimaginables.’
Así que ya estoy cansada de oir a muchos que contactan conmigo convencidos de que el agua de su ciudad es muy buena, que el ayuntamiento dice que es de las mejores…Por favor, no seamos tan incrédulos. Las cosas no son lo que parecen y por muy cristalina que veas tu agua, simplemente ponla a hervir para ver cómo deja el cazo después de la cocción.
Los representantes que van por las casas ofreciéndote el agua de ósmosis inversa llevan un maletín donde te analizan el agua que sale de tu grifo y de alguna agua embotellada que tengas para que seas consciente y veas con claridad la oscura realidad. Además, existen empresas que se dedican a analizar el agua que sale de tu grifo y suelen ser bastante exhaustivos. Tengo entendido que algunas farmacias también lo hacen:
– Amonio: Es un indicador de contaminación del agua.
– Calcio: Es un catión mayoritario, relacionado con la dureza del agua.
– Cloruros: Son indicadores de la salinidad del agua.
– Conductividad a 20ºC: Mide el grado de salinidad del agua.
– Dureza: La dureza mide la concentración de minerales que pueden precipitar.
– Magnesio: Elemento mayoritario relacionado con la dureza del agua.
– Nitratos: Los nitratos en elevadas concentraciones suelen estar relacionados con contaminación.
– pH: Indica si un agua es ácida, básica o neutra.
– Sodio: El sodio está relacionado con la salinidad del agua.
– Sulfatos: Son sales disueltas.
– Bacterias Aerobias 22ºC: Indican la presencia de microorganismos en el agua.
– Clostridium perfringens: Bacterias indicadoras de contaminación fecal.
– Coliformes totales: Microorganismos realcionados microbiológicamente del agua.
– E. Coli: Coliforme indicador de contaminación fecal.
– Alcalinidad: Informa sobre la presencia de sales que pueden producir incrustaciones (carbonatos, bicarbonatos e hidróxidos).
– Bicarbonatos: Relacionados con incrustaciones en instalaciones de agua.
– Cobre: Metal relacionado con materiales de construcción como las tuberías.
– Plomo: Metal relacionado con instalaciones domésticas antiguas de agua.
– Residuo seco: Mide la cantidad de sólidos disueltos que existen en el agua.
– Turbidez: Informa sobre las partículas suspendidas en el agua.
(Información sacada de una empresa analizadora de aguas)
Cuando viajé a India una de nuestras preocupaciones, miedo inculcado por la sociedad occidental, era no beber nunca agua del grifo y tampoco los zumos de los puestos ambulantes. ¡Qué ironía! Espero que cuando los indios vengan a visitarnos se preocupen por lo mismo y compren agua embotellada.
Siguiendo con Pepe, sólo ha pasado un mes, aún no se puede cantar victoria, pero estoy convencida de que el agua del grifo de cualquier casa no es apta para la Salud.
Salud y Buenos Alimentos